"Inferno" en la Tierra: Blackmamba F/W en BAFWEEK
- Joy Ghelfi
- 16 mar 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 jul 2020
Atravesada por la teología dantesca y una puesta en escena surrealista, Blackmamba se plantó en el BAFWEEK con un concepto fuerte y una colección fiel a su mística.

Pareciera ser que en cada Fashion Week hay un diseñador que enamora más que los otros. Pero este enamoramiento no es de golpe, como quien dobla en una esquina. Es premeditado. Quien se prepara para llegar al BAFWEEK lo viene siguiendo hace rato: sus colecciones anteriores, su inspiración, su pasado. Todo nos sumerge en su vorágine de encantamiento.
Esa fue la sensación Blackmamba. Una marca cuyas colecciones reviven los rituales paganos, coquetean con las artes oscuras, la magia, la muerte. Como si esta no fuese el fin, sino un misterio indómito… una muerte gótica y romántica. Es una marca evidentemente embebida por el misterio de lo que hay “más allá”, lo oculto, lo prohibido, lo sacrílego, lo (cuasi) satánico. Es una invitación a viajar por nuestras profundidades oníricas para revelarnos secretos de la existencia humana y de nosotros mismos.
El ingreso a la sala S1 del BAFWEEK la noche del 1° de marzo nos dio la sensación de estar irrumpiendo en un averno dantesco surreal: una mano nace de la punta de pasarela y medio rostro sobresale en la salida de los modelos. Ellos no son, entonces, nada más que mortales pecadores sometidos a la observancia de quien en punta de pasarela se tienta a atraparlos con su zarpa.
La tijera de Bianca Siconolfi es la que le dio vida a la colección otoño-invierno Inferno. Surcada por el sadismo, el rock y por una impronta oscura a lo Alexander McQueen, trae para el frío una combinación de cuero, encajes, raso, algodón y cadenas. El chocker fue el accesorio estrella de la pasarela y se impone como un must. Predominan en la colección toda clase de tipologías. Vestidos y faldas ceñidos a la curvatura femenina o más sueltos, pero que muestran más piel e inducen transgredir todo mandamiento... o una combinación de ambos para pecar como Dior (no) manda. Los crop tops y los cut outs no se perdieron en el estío y seguirán rockeando esta temporada. El encaje le dio a la colección más sensualidad que la piel al desnudo. Esa sensación de estar totalmente cubierta por una mortaja calada y que se transparente todo insinúa desnudez como quien no quiere la cosa. Un maquillaje que le dio énfasis a la mirada, aquello que le faltaba al pálido rostro del fondo. No nos olvidemos de los hombres: sobria colección masculina donde prevalecieron los skinny de cuero, tipologías clásicas como las camisas de diferentes textiles y cortes irregulares. La entera temporada de Blackmamba continúa con su clásica paleta de colores: blanco, negro y un touch de nude. El estilismo se complementó con unas botas clásicas de caña media y mocasines para las mujeres y zapatos negros para hombres.
Lo peculiar de las pasadas era que varias modelos salían con vendas en rostro, cabeza y nariz, y con pecheras con falsos abdominales marcados: un escenario imperfecto atiborrado de seres que buscan una perfección ilusoria de maneras no convencionales. Sin más vueltas, una crítica a la moda de las cirugías plásticas como medio para alcanzar la belleza que equívocamente se consume como “perfecta”, en un mundo donde todos somos víctimas de ese falso concepto. ¿Es quizá la vanidad el pecado que el desfile de Blackmamba condena por demás? ¿Ser perfecto es un pecado o es un pecado buscar una perfección ilusoria?
La música es un smash-up raro y nada sincronizado con el paso de los mannequins. Cuando creés que estás escuchando Black Sabbath y te sumergís en la mística del heavy metal, el clima te lo corta un melancólico Justin Timberlake que reza llorar un río entero.
El cierre fue la joya de Inferno: el vestido rojo con una capa hasta el ras del suelo. ¿Será la dama que arrastra a las almas condenadas por todos los círculos del infierno? ¿O acaso, a juzgar por la canción de la pasada final, será la Beatrice de Dante que se escabulló y viene a rescatarnos a todos?
Sea como sea, Inferno de Blackmamba nos hizo ver y reflexionar muchas cosas. Es cuestión de dejarse llevar.
Mirá el video del cierre:



















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