Nos hicieron creer durante mucho tiempo que el mundo, como construcción abstracta y mental, era solo propiedad de los mesías, de los audaces, de esos escritores de nuevas historias… pero sinceramente, sin “lectores”, esas historias perecen.
El “mundo” está repleto de agentes de cambio: los vanguardistas que proponen nuevas normas y sus herederos que las siguen y las transforman. Porque de eso se trata…